Pero Eri Chan peca de grave autonegación.. su mayor debilidad es la que ella supone su mayor fortaleza... su ego.. alto, incluso exagerado. Cree ser todo lo máximo que nadie más puede alcanzar.. y digo cree, porque sufre la maldición de todo el que cree ser: Cree serlo, porque teme no serlo realmente.. Y esa inseguridad le obliga a mostrar y exaltar sus riquezas, sus encantos y toda cosa suya. hacia toda esa gente que pasa por el otro lado de la moneda de la vida, uno de ellos: Harima Kenji.
Con Hige le ocurre algo que extrañamente nunca le había pasado.. Harima no le aplaude, no le adula, ni siquiera le presta la más mínima exaltación.. cosa contraria de todos los demás, Harima le devuelve su egolatría con indiferencia, su falsedad con sinceridad, sin atrevimientos, sin despechos.. verdad.. verdad que todos aquellos temen y que Harima genera inconscientemente.. El talón de aquiles de Eri, ese que nunca creyó que existiera, se aparece de repente y le tira el muro que se había construido de momentaneas y exageradas trivialidades.
Hasta ese entonces habíamos conocido a la típica Eri creidita, cotizada y popularsona, pero llegado este momento es cuando la verdadera Eri da la cara.. ¿La verdadera Eri?.. Afirmación infortunada, más bien la Eri completa, la que es frente a todos y la que intenta esconderse a toda costa.. La Eri que no solo sonríe y reta, sino también la que sufre, la que puede enternecerse, la que puede enamorarse.. Aquí, pues, es cuando todo empieza a tomar sabor en la serie, porque la parejita que a ratos parecen hacer es gustosa, rebelde, inesperada.. y claro está.. contradictoria.
Entonces se dan toda clase de situaciones pintorescas, Harima le reta, le hace pasar malos ratos y la confunde.. lo mismo porque la puede tratar con sutil indiferencia, lo mismo porque extrañamente esta allí cuando Eri más lo necesita.. Mandato del destino quizás, jugueteo de dos azares que no atinan a mirarse a la cara aún estándo el uno frente del otro.. espíritus errantes que vagan por el cosmos de lo infinito y sin embargo han topado caminos que los ahogan en dudas, que los consumen en vida..
Lástima, porque la parejita seduce, encandila.. promete.. Pero Harima tiene en la mente a la Tenma, y su mundo le es Tenma.. otra cosa no existe para el, ni nada más le merece su atención.. Y por el otro lado, Eri es demasiado orgullosa para admitir a si misma [ya ni decir abiertamente] que Harima le interesa y le intriga.
Malditos orgullos pasajeros, estúpidas cosas superficiales que al tiempo ambos mirarán con repudio, pero que ahora y hasta Ni Gakki, han sido la constante de la relación, creo yo, más interesante de toda la serie. Habrá que ver, queda mucho camino por recorrer [de mínimo una temporada más] y muchas cosas habrán de decidirse.. esta parejita puede que no consiga burlar a las sombras de su destino, pero seguramente sucederán muchas cosas inesperadas y candentes que los involucren, jueguen con lo preestablecido, enloquescan, pierdan sentido, sorprendan y se dirigan sin más confusión a su destino.. [Continua, Página 3]
Al final, las cosas se acomodan de la única manera en que podían pasar, porque sólo de una sóla manera habrán de ocurrir. No hay hubieras, las injusticias cambian de apreciación según quien las sufre y quien no las entiende, quien no le interesan y quien se da cuenta que no lo son. No parece haber una sóla respuesta pero sí una sóla realidad a distintos ojos. Tenma aclara su mente y se asincera y asegura de seguir su camino con la persona que ama, mientras que a Harima le basta saber que la que fue su fuente de inspiración por tanto tiempo será feliz. Se abre un camino que no tenía el menor sentido pero ahora transitarlo está lleno de importancia. Aunque la relación entre Eri y Harima se apaga al final de las últimas pisadas de School Rumble, algunos años después y en School Rumble Z podemos ver a Harima y Eri juntos, con un bebé. Simbólico, definitivo. No es destino, es lo que había de ser.
By Seiji Ibiki, 07/Diciembre/2006
Actualizado el 25 de Septiembre del 2012.
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