Naruto, Sasuke y Sakura están hartos de esperar a su nuevo tutor. Mientras sus demás compañeros ya conocen a sus líderes jounin (ninjas de alto nivel) ellos siguen sentados en un cuarto viéndose las caras, con cierta frustración. Pero Naruto debe matar el tiempo con una travesura. Con la puerta entreabierta, deja un borrador en la parte superior de la misma, de tal manera que cuando el jounin la abra, le caiga el borrador encima. Sakura y Naruto están emocionados por verle caer en la trampa, mientras que para Sasuke es claro que un ninja de ese nivel no caerá en una tontería así. Pero el jounin entra y con gran sorpresa, cae en el engaño, y con cara sonrirente, muy sonriente (aunque su boca está cubierta por una especie de máscara, continuación de su playera, que llega hasta su nariz), le dice a sus nuevos alumnos que, "Mi primera impresión. Son un grupo de idiotas".

Después de pasado un momento, llega el tiempo de presentarse. Ahora que serán un equipo, hay que conocerse entre sí. El primero en presentarse es el jounin, Hatake Kakashi, "Veamos.. gustos.. aficiones.. tengo muchas". Naruto se presenta a su estilo, delatando su gusto por el ramen y su sueño es superar a los anteriores hokages que ha tenido konoha, y convertirse en uno, para ser reconocido por los habitantes de la aldea.

Sasuke es más directo, "Mi nombre es Uchiha Sasuke. Hay un montón de cosas que no me gustan y no hay ninguna que me guste especialmente. Sueños, no podría decir que los tengo, pero sí una ambición. El resurgimiento de mi clan y matar a cierto hombre".

Todos se quedan con cara de incógnita, más de uno incluso teme estar en la lista de objetivos de Sasuke. Pero después de una pausa en la que sólo se escucha pasar al viento, Sakura responde a la entrevista. No atina a decir sus gustos o sueños, mas que nada porque todos involucran a Sasuke, pero en algo si es contundente. "La cosa que más odio.. ¡Odio a Naruto!".

Después de las presentaciones, Kakashi propone un entrenamiento. Los chicos están hartos de esas cosas y están más bien ansiosos de comenzar con las misiones ninja, objetivo que suponían obvio al formarse dichos grupos, pero no, Kakashi tiene una idea clara. Un entrenamiento de supervivencia. Las condiciones son claras, de los 27 chicos que ahora mismo se encuentran repartidos dentro de los 9 equipos recién formados, es decir, los novatos recién egresados del grupo de Iruka-Sensei, no todos conseguirán seguir escalando de nivel, posiblemente permanezcan como chunin (ninja de clase baja). La única esperanza de seguir en el camino del progreso, es pasar estas pruebas, que por cierto, la mayoría nunca consigue cruzarlas.

El suspenso domina a los 3 novatos, pero están decididos a superar esa prueba. Será al día siguiente, temprano, con puntualidad y ayunas deben presentarse. Naruto practica toda la noche, y al día siguiente el único impuntual es Kakashi. Pero no importa, la prueba viene a continuación. Kakashi coloca un reloj con tiempo límite al medio día, después reluce dos campanas y dice a los chicos "Su objetivo es quitarme una de estas campanillas antes del tiempo marcado. Quien no lo consiga no comerá, pero como sólo hay dos campanas, uno de ustedes permanecerá atado a ese tronco". Kakashi les advierte, por último, que quien se quede sin campana se irá del equipo. Es decir, por obligación uno de los 3 ya está condenado a irse. 

Kakashi advierte que para lograr conseguir las campanas deben atacarle a matar y Naruto no lo piensa dos veces, toma una kunai y corre para atravezar al jounin, pero es detenido en un instante. Kakashi es, ya demostrado, muy, muy veloz. Y así, comienza la prueba más decisiva que Naruto haya vivido hasta el momento.